ndudablemente, el mayor aplauso y agradecimiento debe ir para todo el personal sanitario y no sanitario que tan duramente está trabajando en hospitales y centros de salud, así como para el resto de colectivos que garantizan el abastecimiento de lo más esencial (supermercados, transportistas, etcétera).
Pero también es justo visibilizar a otro colectivo, mediáticamente olvidado, aunque esencial para la economía, que debe mantenerse en sus puestos de trabajo atendiendo, cara al público, las necesidades financieras de la ciudadanía y de las empresas: LAS PLANTILLAS DEL SECTOR FINANCIERO.
No esperamos aplausos, pero sí queremos que la ciudadanía sepa que estamos ahí para atender sus necesidades financieras y transmitirle sosiego. Miles de personas, día a día, están ahí: somos los que buscan soluciones ante el temor de que los recibos no sean atendidos por la incertidumbre de no saber si se cobrará a final de mes; los que mantenemos los cajeros automáticos operativos y cargados de efectivo para que la clientela disponga de él; los que gestionamos que las empresas y los autónomos tengan liquidez para poder pagar a proveedores y a sus plantillas; los que vamos a gestionar la moratoria en el pago de préstamos que ha facilitado el gobierno para que la ciudadanía pueda hacer frente a sus deudas… En resumen, somos los que seguimos al lado de la clientela en estos momentos tan extremadamente delicados para toda la sociedad.
Y vamos a estarlo cuando pase la tormenta y debamos atender la canalización de todo el crédito necesario para la “reconstrucción”.
Por ello, la Agrupación de CCOO del Sector Financiero, como principal organización sindical del sector, quiere reconocer públicamente la profesionalidad, el compromiso y el esfuerzo que están llevando a cabo las personas que trabajan en las entidades financieras, que con su responsabilidad y su entrega están demostrando una actitud encomiable.
Las plantillas de las entidades financieras vamos a seguir trabajando duramente. Priorizaremos la protección de nuestra salud —somos personas, tenemos familias, tememos, nos angustiamos…— y la de la clientela, como no puede ser de otro modo, pero estaremos al pie del cañón. Al lado de la gente que nos necesita. Ahora y en el futuro, con lo que este nos depare. Porque somos personas que atendemos personas.